Es realmente curioso cómo de la forma más simple a veces nace una interesante reflexión. Contaré que andaba por calles madrileñas cuando a dos manzanas pude distinguir una cara conocida. Una amistad de hacía algún tiempo a la que tenía realmente aprecio. No dudé en acelerar el paso e incluso probé a correr, algo que sólo hago en caso de verdadera emergencia. Canalicé mis fatigas atraído por compartir un agradable momento con aquel individuo que tan buen rato me podía hacer pasar. Diré para los más curiosos que conseguí alcanzarle y disfruté de un momento agradable.
Fue poco después, en la misma calle, cuando aún con la sonrisa presente en mi cara pude dibujar un nuevo conocido entre el gentío. El emoticono “sonrisa” de mi rostro pronto dio la vuelta al paréntesis. Se trata también de una vieja amistad pero, en este caso, nada grata. Un tipo mentiroso, aprovechado, abusón desde los tiempos de la infancia gracias a su familia de dinero y buenas influencias. Una de esas personas que prefieres tener bien lejos. Ahí iba, con su porte chulesco mirando despectivamente desde un altar que ni siquiera él mismo había construido. Caprichos del azar, quizá absorto en planificar nuevas formas de extorsión, mi “amigo” no acertó a ver una zanja abierta para canalizar internet por fibra óptica. Todos sabemos que está feo desear el mal ajeno pero si éste viene solo… entonces sí podemos entonar un buen “que se joda”.
Planteadas las dos situaciones de “caso uno: me cae bien luego hasta hago un esfuerzo por acercarme y caso dos: qué tipo más asqueroso que hasta me divierte si algo no le va bien”, vamos con la siguiente eventualidad y resolución de la reflexión.
Ojeo por internet en mi móvil una curiosa noticia: “SGAE y Ministerio de Cultura víctimas de un ciberataque”. ¿Saben qué expresión me salió espontáneamente? Posiblemente la misma que pensaron ustedes: “Que se jodan”.
La reflexión, aunque obvia, es cómo algo supuestamente diseñado para defender y divulgar la cultura nos puede producir tanto rechazo ¿Por qué la gente iba a acercarse o interesarse por algo o alguien que no les simpatiza? Es momento, aunque creo que ya era momento hace bastante tiempo, de replantearse la imagen de una cultura que, este país, cae mal.
2 Lengüetazos:
Oye, Carlos. ¡Que vamos a ser almas gemelas!. A mí me salió también un ¡que se jodan!.
No creo equivocarme si digo que podemos ser una gran familia de almas gemelas en esto : ). Gracias por el comentario.
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