EL CONFLICTO (Por Aurora G. Pérez)

(Foto: el famoso hombre del tanque)

"España tiene un problema de falta de cuajo democrático. Aquí es: el que no esté de acuerdo, que se vaya. Oiga usted, no: el que no esté de acuerdo que lo diga."

Rosa Díez (Especial de El Mundo)

El conflicto social surge ante la concurrencia de intereses contrarios: el que defiende el orden preestablecido, quien tiene el poder y por tanto la coerción para imponerlo y, quienes no lo aceptan y propugnan un cambio de las estructuras. El motor de cambio, ha sido y sigue siendo el CONFLICTO, pero deviene totalmente ineficaz, ante la inexistencia de un canal idóneo donde puedan concurrir posturas diferentes, apareciendo de esta forma la ruptura. También en UPyD, donde la falta de respuesta idónea al conflicto planteado, ha provocado una ruptura: la dimisión de uno de los más valiosos activos de UPyD, Mikel Buesa. Muchas falsedades se están vertiendo sobre el asunto, así como sobre su persona, las mismas que carecerían de valor para hacerlo, si no fuera porque están auspiciadas por quien tiene capacidad de decisión y control. Falacias que benefician a unos pocos y perjudican gravemente a todos, principalmente a aquellos que llegamos atraídos por la esperanza de un proyecto ilusionante, posible y realizable.

Mikel Buesa, se hace eco de una serie de irregularidades en el seno de la CT de Madrid y actúa en consecuencia al objeto de poner fin a las mismas. Ante la falta de resultados con su intervención directa, acude a quien tiene capacidad y poder, para poner término al atropello constante que supone la acción unilateral e intransigente del Coordinador de la CT de Madrid. El silencio y mirar a otro lado, es la única respuesta obtenida. No tiene otra opción que presentar la dimisión.

Hubo oportunidad de reconducir la situación y no se hizo. Cuando una estructura no es capaz de articular el ámbito idóneo donde puedan confluir distintas posiciones orientadas a un mismo objetivo, deviene totalmente ineficaz para la consecución de los mismos, más si cabe, cuando se impone ésta coercitivamente anulando y vulnerando derechos al objeto de erradicar la opinión crítica.

La garantía del Estado de Derecho es que todos, incluido quienes ostentan el poder, están supeditados a él y obligados a su cumplimiento. Es imprescindible actuar bajo el Orden Jurídico establecido en cada momento, sin artificios ni prácticas, que aunque tengan la apariencia de estar bajo dicho sistema, vulneren su esencia y ello, al objeto de evitar la aplicabilidad de las normas a quien las impone, desnaturalizándolas.

Es imprescindible que dentro de las estructuras sociales actuales, quien ostenta la posición de poder, sea capaz de estudiar las distintas opciones que se demandan, analizarlas y adoptar las nuevas ideas al objeto de facilitar la transformación estructural, como instrumento idóneo para lograr los objetivos comunes, con la participación grupal completa, sin escisiones y erradicando la posibilidad de anular la discrepancia por métodos coercitivos ilegítimos.

En una organización política, su régimen interno debe estar regulado por normas subordinadas al ordenamiento jurídico. Es fundamental que su estructura interna y funcionamiento sean DEMOCRÁTICOS, como así establece nuestra Constitución. La forma de elección de los órganos del mismo, se debe realizar siguiendo escrupulosamente los principios democráticos. Es indudable que el origen de cualquier estructura social, se realiza siguiendo unas reglas y criterios selectivos propios, pero estos deben ser estructuras de transición, no perdurando más de lo estrictamente necesario. En el caso de un partido político, una vez realizada la implantación en las principales zonas, en cada una de ellas se debería haber articulado un sistema de elección con participación de la militancia, para la elección de todos los miembros que formen parte de la organización territorial y cuya dirección debería ser elegida por todos los miembros de la misma, estableciéndose un sistema electivo temporal y rotativo, de tal forma, que ningún miembro ocupe un puesto de dirección si no ha sido elegido o ratificado por el resto de los miembros del grupo.

Se hace indispensable establecer un sistema de incompatibilidades al objeto de garantizar la concurrencia, pluralidad e idoneidad. Evitar las manipulaciones y la implantación de sistemas antidemocráticos (aunque tengan apariencia de no serlo) y si se tiene conocimiento de ello, iniciar el procedimiento adecuado para anularlo. Imprescindible la separación de Poderes, internos. Los miembros de una estructura organizativa, no deberían formar parte de otra estructura de la misma organización, debiendo renunciar a una, para poder acceder a otra. Así mismo, los individuos que formen parte de un órgano de partido, no debería participar en comicios de ningún tipo, sin la previa renuncia al puesto que esté ocupando.

Si quien ostenta el poder no es capaz de diseñar e implementar un sistema democrático en su estructura y funcionamiento, difícilmente obtendrá credibilidad y legitimidad necesarias para la consecución de sus fines. No podemos exigir lo que no estemos dispuestos a dar y ofrecer.

Son muchas las voces que se están alzando a cerca de la falta de democracia interna en UPyD. Se da a todos los niveles territoriales, responsabilidad absoluta y directa de su Órgano de Dirección, al haber fomentado y ejercido hasta la fecha, la elección directa de todos los miembros de sus órganos internos, así como a los diferentes candidatos que han concurrido a los diferentes comicios. Está justificado en su inicio, pero finalizado el primero al que se concurrió, debió de articularse un sistema democrático de elección, disolviendo y organizando en dirección ascendente, de abajo arriba, evitando con ello, las continuas luchas de poder, las maquinaciones y manipulaciones por el control de zona al objeto de garantizarse figurar en una lista ante el objetivo de ocupar un “cargo público”.

Está claro, el conflicto surge por el control de los medios por parte de aquellos tecnócratas y burócratas con objetivo de vivir de lo público. Múltiples son los ejemplos, baste realizar un breve recorrido por algunos personajes, cuyos objetivos espurios los envuelven con el primoroso “arte del envoltorio”.

No pongo en duda la labor desarrollada en el Parlamento. Función realizada excelentemente, tanto en forma como en contenido; prueba concluyente que tras ella, existe todo un compendio de saber y criterio digno de mantener. Pero esto es totalmente incompatible con el dejar hacer a cualquier precio y método. La autoridad es indispensable para cualquier estructura social, pero esta debe ser democrática en toda su extensión, de cualquier otra forma, por muy refinada y moderna que la queramos pintar, no pasa de ser una autocracia.

Era fácil salvar la situación. Sólo precisaba de una acción mínima, por parte de quien tiene el poder de hacerlo, pero nuevamente la falta de voluntad y compromiso hacen que estalle el conflicto y a su vez la ruptura, permitiendo la vulneración de derechos subjetivos. Difícilmente podemos defender los derechos de ajenos, si no somos capaces de hacerlo con los propios.

Aurora García Pérez

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