viernes, 13 de marzo de 2009

Elecciones al Parlamento Europeo (Por Aurora G. Pérez)


“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.”
(Nelson Mandela, Ushuaia, 1998)
El 7 de junio tenemos una gran cita con las urnas, esta vez, se trata de elegir a nuestros representantes al Parlamento Europeo; Parlamento, que tendrá una composición para la próxima legislatura de 785 diputados, correspondiendo a nuestro país la elección de 50 miembros, frente a los 54 que tenemos en la actual legislatura. Los elegidos, nos representarán a los ciudadanos de los 27 países de la Unión durante los próximos 5 años, y sus funciones tienen una gran trascendencia para todos, puesto que son ellos los que elaboraran las leyes que regularan los aspectos más importantes de nuestra actividad: medio ambiente, energía, consumidores, tecnología, agricultura y pesca, industria, alimentos, fármacos, etc. Siendo el Parlamento de la Unión, la única Institución en la que el ciudadano participa en la composición de sus miembros (...y no digo miembras, porque en el término, estamos incluidas), mediante el Sufragio Universal Directo; aunque en España se votan listas cerradas, por lo que solamente tenemos opción de votar partidos. Esperemos que a través de la reiterada “Regeneración Democrática”, logremos erradicar esta práctica, entre otras muchas con tintes dictatoriales entre las que destaca: falta de libertad de expresión y participación.
El habitual desinterés de un porcentaje alto de ciudadanos por las elecciones, en estos comicios, se ve multiplicado como consecuencia de la percepción de lejanía e incomprensión que el ciudadano tiene, tanto en referencia a las funciones que las Instituciones realizan, como a la necesidad de su gran estructura burocrática. El desconocimiento se ve potenciado ante la falta de información pública acerca de sus competencias y resultados en el logro de los objetivos marcados. Es por tanto la Administración estatal, la responsable en gran medida, de la información pública al ciudadano, ya que la falta de la misma pone de manifiesto, que esta es resultado de no saber qué comunicar, acerca del papel que nuestros representantes desempeñan en el Parlamento y que obedece a una falta de criterios y estrategias comunes, en la defensa de los intereses de todos, preocupados en posicionamientos de partido y en defensa de los símbolos que les identifican, y no en la defensa del interés común y general.
Comicios, que son considerados por una mayoría de ciudadanos de segundo orden, como consecuencia de la influencia de varios factores: el primero, desde mi punto de vista de gran relevancia, el depender de la interpretación y manipulación que los partidos políticos mayoritarios, realizan de estos comicios; utilizándolo como instrumento de medición de la popularidad; diseñando la campaña electoral en este sentido, orientando y centrando los debates en cuestiones internas, y no sobre políticas europeas. Por contra, representa un instrumento idóneo para impulsar y proyectar a los partidos políticos pequeños, quienes centran su atención con esmero, habida cuenta la rentabilidad que en la misma pueden lograr: circunscripción única y alto porcentaje de abstención, les favorece, en cuanto a la primera, porque el sistema discriminatorio que contempla la Ley Electoral, no les perjudica, y les beneficia el alto porcentaje, en cuanto a la segunda.
Otro factor que contribuye al desconocimiento ciudadano, son los medios de comunicación quienes se centran en la información de los resultados de los partidos políticos internos siendo residual, el espacio destinado al ámbito común europeo, por supuesto, auspiciado ante la falta de partidos que tengan el peso y relevancia en este ámbito. Nuevamente, los medios de comunicación son los que participan de forma muy directa en el arraigo y convicción del ciudadano; por ello en Democracia, es muy importante exigir a éstos, por la función social que cumplen, que realicen labor informativa desde la imparcialidad, y de la perspectiva de la utilidad ciudadana y no partidista, puesto que al desconocimiento que el ciudadano tiene de las Instituciones, se une la complejidad de las materias, dependiendo su decisión y elección, en gran medida, de la información que a través de los medios de comunicación reciben.
En este aspecto y ámbito, también debemos cambiar las cosas, no tiene el por qué continuar siendo así. Debemos, haciendo gala del eslogan que se va a utilizar en la campaña: “Tú eliges” y siempre de la perspectiva de la participación ciudadana, realizar un esfuerzo por fomentar el apoyo y participación de todos, al objeto de conseguir que la construcción de este espacio común, EUROPA, sea el espacio idóneo para el fomento y desarrollo del potencial de cada uno de sus miembros, en el que confluyen múltiples culturas, capaces de compartir y convivir en libertad, arropados por los valores y principios democráticos, en el que “el diferente” sea tratado con respeto en su diferencia, sin que ello suponga una merma en las cuotas de igualdad de oportunidades, colaborando en lo necesario, para el que avance a un ritmo diferente logre alcanzar también sus objetivos.
Solamente con la colaboración de todos, aunando esfuerzos en el logro de los objetivos comunes, lograremos que este espacio común, sea nuestro espacio. Debemos trabajar para lograr la creación de valores éticos morales idóneos para los avances que nuestra sociedad está experimentando, erradicando aquellos instrumentos y estructuras no acorde con los objetivos marcados. Tanto el presente como el futuro, no puede entenderse fuera de este contexto espacial, económico, político y social; donde uno de los caracteres más relevantes es la diversidad cultural, diversidad que garantiza el respeto y ejercicio de cada uno de sus miembros, sin que ello implique colisión alguna entre culturas. Nuestro potencial y desarrollo, depende en gran medida de las políticas que desde la Instituciones europeas se marquen.
En referencia a la participación en las elecciones, lo cierto, es que si realizamos un mínimo análisis de las últimas legislaturas, llegamos a la conclusión, que la característica más destacable es la ABSTENCIÓN, con un crecimiento de casi 20 puntos porcentuales en los comicios del 2004, con respecto a los resultados de 1999, y ello como consecuencia de que en 1999, las elecciones al Parlamento Europeo, coincidió con de 13 Comunidades Autónomas, y prácticamente casi todos los municipios del ámbito estatal, motivo este, por el que la participación fue superior, lo que prueba una vez más, la consideración de los mismos como de segundo orden.
Debemos trabajar y aunar fuerzas al objeto de lograr, que la política de la Unión europea ocupe una mayor espacio en los debates ciudadanos, para lograr sentirnos parte integrante de este espacio regional, como bloque unitario con un posicionamiento fuerte a nivel mundial y sin que la pérdida de soberanía por parte de los Estados, suponga amenaza alguna para ellos; pero para lograr este objetivo es esencial que el ciudadano perciba a las Instituciones europeas, como aquellas que trabajan firmemente por la defensa de los derechos de todos, sin cuya participación su función, deviene totalmente ineficaz.
Me parece del todo deplorable que nuestros diputados, dediquen su tiempo y el dinero del contribuyente, en solicitar que los documentos e informes se traduzcan a las lenguas cooficiales, ya sea el gallego, vasco o catalán. No me extrañaría nada que fuésemos el hazme reír para el resto, las luchas un tanto intestinas y ridículas propiciadas por los partidos nacionalistas, llevadas al extremo del ridículo. Esperemos que la cordura y el sentido común destaque entre tanta mediocridad.

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