lunes, 8 de septiembre de 2008

El arte del envoltorio (Aurora G. Pérez)

Foto: Autor desconocido.
*

“El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”
Arnold J. Toynbee
*
Es habitual oír decir a una mayoría de ciudadanos que no les interesa la política, que todos los políticos son iguales, cuyo único interés es llegar al poder y beneficiarse de la situación de privilegio que para algunos representa dedicarse a la política; actividad que se convierte en muchos casos en su único medio de vida, siendo el desarrollo profesional necesario para evitar que se aferren al puesto a cualquier precio garantizando el retorno y dotando de la experiencia y formación imprescindible para un correcto desempeño de la acción pública, con la única máxima que debe primar: el bien general, por encima del interés partidista y el personal.
Realmente tenemos lo que elegimos, y no digo lo que nos merecemos, porque yo no merezco que me represente una clase política tan mediocre como la actual, más centrada en efectos especiales basados en técnicas de marketing, que en identificar los grandes problemas gubernamentales y careciendo de medidas e interés en la solución. Al gobierno de ZP parece interesarle solamente el efecto del “papel celofán”, envolver el producto con esmero, la calidad es secundaria, técnica que utilizaron en la primera legislatura y que tan buenos resultados les dio, ahora que las circunstancias le son adversas, con una economía, a la que no es posible cubrirla con grandes pliegos de papel de celofán, su lucidez mental no da para más. Sólo les queda utilizar temas de gran calado social como envoltorio de su política de partido, llamada social, olvidándose de la obligación contraída en la urnas, no sólo son sus votantes, sino también con todos los que no les hemos votado, gobernar para todos los ciudadanos de este país.
Entiendo que ante la ignorancia y carencia de una política planificada, solo queda lo que hay: un presidente que dirige a un gobierno con una política totalmente improvisada, estilo Groucho Marx “estos son mis principios, y si a Vd. no le gustan tengo otros”, que no ha dudado en hacer uso de algo tan delicado como la moral social para tapar y desviar la atención pública de los problemas que día a día nos preocupan; una economía que afecta a un gran número de personas, que se han visto privados de su empleo y cuya consecuencia inmediata es no poder hacer frente a los gastos y deudas contraídas, a ellos, el proyecto de una nueva Ley del aborto a cargo de la súper ministra de igualdad (no de la real y efectiva, sino la de género en exclusiva), y el debate sobre la eutanasia a cargo del Ministro Bernat Soria, no les va a proporcionar el soporte económico necesario para su proyecto de vida, es más, dudo que ambos temas formen parte del mismo.
Detengámonos un momento en las declaraciones y actuaciones de los super Ministros, no tiene desperdicio. De un lado, las declaraciones de Celestino Corbacho (Ministro de Trabajo e Inmigración), acerca de excluir las contrataciones en origen, (inmigración legal) como medida para incentivar la contratación interior, han sido poco menos que desafortunadas y no tanto por el fundamento, sino por la interpretación y manipulación que de las mismas han podido realizar propios y extraños. Extraños: la oposición, a falta de iniciativas y ávidos de materia prima para entretener a sus incondicionales y propios, como la super Vicepresidenta Mª Teresa Fernández de la Vega, rauda y veloz micrófono en mano aparece en el escenario público para rectificar a su compañero Corbacho, en la creencia de salvar el barco gubernamental y desatando todo un vendaval de “dimes y diretes” sobre lo declarado, y entre tanto dicho y rectificado, Miguel Sebastián (quien posee poderes especiales para invadir competencias de Pedro Solbes y Cristina Garmendia) cubierto con la capa de súper ministro, sale al rescate de su amigo Corbacho, diciendo: “Hay que conseguir que todo lo que se pueda contratar con los recursos disponibles de trabajo en España se contrate, esa es la preferencia y sólo lo que se necesite traer de fuera se traería”, ¡¡im-presionante!! sólo él podía decirlo con tanta brillantez. Considero que ha llegado el momento de declarar que yo no formé parte del jurado que le seleccionó en el CASTING PARA SUPER MINISTROS DE ZP.
Continuemos, ahora con la benjamina del gabinete: Bibiana Aido. Por fin le han asignado funciones para justificar la creación de tan imprescindible Ministerio. Ya tiene luz verde para la formación de una comisión de expertos (no sabios...) y desarrollar así la nueva Ley del aborto, tan esencial en estos momentos de crisis. No crean que estoy frivolizando con el tema del aborto, asunto de especial importancia para la inmensa mayoría de los ciudadanos-as, al verse afectada la esfera más íntima y privada de cada uno. Graves son las consecuencias que esta medida irreversible tiene para los protagonistas, sea producto de una decisión libre y voluntaria o inducida por causas determinadas. Pero debo poner de manifiesto una vez más, lo despreciable del asunto, el hecho de que un gobierno utilice la sensibilidad y la moral social con criterio de oportunidad política, oportunidad que surge a partir de la decisión de un partido político, que lejos de atender a criterios de interés general, hace política desde el gobierno en beneficio propio. Es indudable que la norma viene a regular situaciones y hechos existentes, por lo que su actualización a cada momento social deviene imprescindible, al objeto de lograr toda su eficacia, de cualquier otra forma, se hace ineficaz y abre la posibilidad a la interpretación.
Es imprescindible que temas de tanto calado social, como es el aborto y la eutanasia, se aborden de la única forma posible: desde el estudio exhaustivo, sereno, con el rigor que ambos temas requieren, dando participación a una representación de todos los agentes políticos, sin exclusiones, y del que forme parte la comunidad científica, al objeto de elaborar las normas más adecuadas en defensa de nuestros derechos y no sujeta a los cambios de signos políticos. De cualquier forma, ambos son temas demasiado importantes para ser tratados en una legislatura en la que no estaba previsto, al no formar parte del programa político del partido de ZP, por lo que los ciudadanos que le han votado no han tenido la oportunidad de decidir sobre este punto, y aunque en nuestra democracia la participación ciudadana brilla por su ausencia, deviene totalmente engañosa con actos como este.
Volvamos con nuestros Ministros-as, ahora le toca el turno a la Ministra de Defensa Carmen Chacón, cuyas últimas declaraciones, no son propias de una Ministra, mucho menos que ésta sea de Defensa. Se declara española, catalana, ciudadana del mundo. Hasta ahí intachable, excepto en lo de catalana (porque soy madrileña) suscribo todo. Se considera pacifista, y define a nuestro ejército como un ejército pacifista ¡¡toma ya!! ¡¡Ejercito pacifista!! y no necesitó ayuda para realizar semejante afirmación. No soy experta en defensa por lo que mis conocimientos en materia de tropas, armamento, estrategia militar, etc., se circunscriben al ámbito de la prensa diaria, o sea, prácticamente nada, pero no hace falta ser un experto en la materia para distinguir entre pacifista y pacífica; no tengo conocimiento de la existencia de ningún ejercito pacifista, la propia existencia de un ejercito deviene forzosamente en grupo especializado en la defensa territorial de un país y de sus ciudadanos, y para garantizarlo es imprescindible el uso de la fuerza. Tenemos un estupendo ejército, compuesto de profesionales y cuya actividad principal es la ayuda humanitaria y defensa de los más desfavorecidos, por lo que podemos considerarlo como un ejército pacífico, pero no pacifista, ya que hará uso de la fuerza si las circunstancias lo requieren. Nuevamente asistimos a la manipulación del lenguaje por el grupo de gobierno, está claro que todos han compartido profesores y enseñanzas en el camuflaje de la manipulación del leguaje, cuya mejor técnica es el “arte del envoltorio”, utilizando el papel de celofán de la forma más espectacular posible, al considerar que el producto se vende por su aspecto, sin importar demasiado su contenido. La política nos afecta a todos, todos sufrimos las consecuencias de un gobierno incapaz de realizar una gestión pública eficiente, por lo que es nuestro derecho y deber no dejarnos engañar por el envoltorio, a pesar de estar hecho con esmero, sé crítico y participa activamente, no permitas que te consideren ciudadano aborregado, ni permitas la estrategia romana “pan y circo para tener contento el pueblo”, aquí, el circo está garantizado.
Aurora García Pérez.

3 Lengüetazos:

Aurora Ferrer dijo...

A esto le llamo yo "Dar cera y pulir cera"

Solo te ha faltado una cosa: AMEN

;)

López dijo...

Pues sí, en el artículo se dicen verdades como puños. Es muy triste comprobar día a día como el marketing político se impone sobre cualquier otra consideración, con el objetivo claro de alcanzar o agarrarse al sillón gubernamental. Es lo único que le importa a los políticos de los partidos con opciones de gobernar.

Pepiño Blanco del PSOE dedica buena parte de su tiempo a ello y en el PP están haciendo lo mismo, asesorados por el mega consultor Arriola que, a pesar de sus fracasos, parece que cada vez tiene más influencia para el veleta de Mariano Rajoy.

Lo de Corbacho, De la Vega y Sebastián es de traca. La guinda la puso ayer Alonso (otro que fue super ministro y que podría volver a serlo) diciendo que las posturas de los dos primeros son compatibles. Quizá esto forme parte del marketing político de Blanco; dar palos y zanahorias para contentar a todos los segmentos de electorado.

Por lo demás, creo que muchas de las cosas que se están diciendo desde determinados ministerios responden a lo mismo: se buscó un Consejo de Ministros que vendiera determinados mensajes ante la opinión pública (igualdad, modernidad, pacifismo, pluralidad...) pero, obviamente, no buscó en el buen gobierno de la cosa pública. Así nos va.

Saludos

Anónimo dijo...

Me parece estupendo el artículo, no comulgo con el partido de Rosa, pero me parecen muy razonables tus críticas. Que se le va a hacer...

J.F.