Ubi sunt?

(Foto: Versión personal del cartel de "Un final made in Hollywood, de Woody Allen)

Eso me preguntaba yo ayer mientras veía el debate. ¿Dónde estaban las demás representaciones? ¿Sólo aquellos ciudadanos que son votantes de los partidos mayoritarios tienen derecho de escuchar a sus líderes? Sigo diciendo lo mismo, en este país democracia se escribe con Z, la Z de la marca de la casa, que etiqueta aquello que es importante y que no lo es en función de sus preferencias personales, la Z narcisista de Zapatero que con su talante está haciendo de España un país tieso y rígido en cuanto a opciones de cambio o nuevas fórmulas de hacer política se refiere. Quiero citarle al señor Zapatero llegados a esta tesitura de “auto-orgasmia”, o como se decía en la película Un final made in Hollywood de Woody Allen: “Para hacer buenas películas hay que pensar en el público, sino sólo se hacen películas para uno mismo y eso es como… una masturbación artística” y efectivamente, en este ejemplo tan peculiar que también demuestra la vena artística y dramática de nuestro actual presidente, se basa nuestra política actual. Una política basada en la crispación entre iguales, sin aportar en la constante crítica una solución hábil para salir del hoyo, sino haciendo de los fenómenos sociales como la inmigración un problema imposible de abarcar y para el que ninguno de los dos candidatos está preparado a resolver. A la frase anterior Woody Allen replicaba: “sí, es cierto, yo puedo ser narcisista, pero ya se sabe que después de la masturbación lo mejor son los cariñitos” y aquí es donde entra el papel de la prensa y de los medios de comunicación actuales que distan mucho de ser un producto real de servicio público, limitándose a hacer de música de acompañamiento a las incoherencias dichas por ambos candidatos. No contentos con esto realzan sus palabras dándoles sentido, dejando atrás el vacío real de un discurso demagógico, vacio y totalmente mediado que también dista mucho de ser sincero y diferente a todo lo que hemos visto hasta ahora. La mala salud de la relación entre el señor Zapatero y Rajoy tiene desmontado el país. Un 34% más de personas que en los anteriores comicios han ejercido su derecho a voto por correo, lo cual ya indica que habrá una alta participación que posiblemente sea de reseña histórica. Y esto no puede significar otra cosa que cambio, no un cambio de un turno de partido en sí, sino de la concepción de la democracia y de que continúe el crecimiento que parte desde nuestra Transición. Aún queda trabajo por hacer para que el sistema político de nuestro país ruede con normalidad y equilibrio, por lo que no podemos permitirnos el lujo de perder otros cuatro años en discusiones de patio de vecinos que son completamente impropias de personas que trabajan en representación de los ciudadanos en el Congreso de los Diputados. Sean conscientes de que el día 9 de marzo elegirán al próximo presidente (y partido, dato importante) que gobernará el país en los próximos años, y el concepto de voto útil apela a aquel que esté más capacitado para realizar esa función. Es por ello que no hay que hacer demagogia del voto útil y convertirlo en inútil, sino aplicar el sentido común e intentar realizar el cambio de abajo a arriba, como siempre debió de ser la política. Nuestros gobernantes actuales no defienden el cambio en todas sus formas, mucho progresismo pero poco cambio en lo concerniente a la dosificación del poder de aquellos que nos representan. No obvies el derecho que tenemos a la pluralidad y a no permitir que sean los nacionalistas quienes vuelvan a gobernar a toda la población. Traduce tu voto en algo útil para toda la sociedad: apuesta por el cambio, el cambio no solo de candidato, sino de opciones. Lucha por tus derechos. Aurora García Por todo aquello que nos une, apostemos por la transversalidad.

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