lunes, 5 de noviembre de 2012

Las matemáticas duelen de verdad



@auroraferrer - Está claro que para algunas personas el simple hecho de pronunciar la palabra 'Matemáticas' les incita pavor, miedo y ganas de correr en estampida. ¿Sumas?, ¿Restas?, ¿Ecuaciones?, ¿Multiplicaciones?, ¿Divisiones?, para lo que algunas personas es un placer y un juego de niños, para otras les crea auténticos quebraderos de cabeza que, según un nuevo estudio, hace que algunas personas lleguen a sentir dolor físico real.

El estudio, publicado en PLOS One, ha demostrado que el terror de algunas personas hacia las matemáticas, es más que un capricho y una exageración. Según Ian M. Lyons, uno de los coautores del trabajo: "para las personas con altos niveles de ansiedad matemática" (HMAs, por sus siglas en inglés), las matemáticas duelen".

Lyons y su colega, Sian L. Beilock, el otro coautor del estudio, estaban interesados por otros estudios previos que ya habían demostrado que algunas personas experimentan el rechazo social de una manera comparable al dolor real, sensación que aumenta según los niveles de ansiedad que marque el matemófobo en cuestión.

La hipótesis que mantenían, es que el simple planteamiento de un problema de matemáticas (en concreto la expectativa) sería el causante de la ansiedad y, por tanto, del dolor posterior. Para poner a prueba sus conclusiones previas, los investigadores reunieron dos grupos de 14 personas cada uno. En uno de ellos, los fuertes en el ring de los números, aquellas personas que mostraban un bajo nivel de ansiedad matemática (LMAs, por sus siglas en inglés). En el otro, los matemófobos, esperando su cruel condena. Los criterios para cuantificar la ansiedad de los participantes, se basaron en una escala específicamente diseñada para medir el grado de ansiedad matemática (fijaros que ya hasta tiene escala propia), conocida como Escala de de Fennema-Sherman. Este  cuestionario ha sido validado por expertos de todo el mundo y se utiliza desde la década de los 70.

A las 28 personas se les hizo una serie de preguntas, consistentes en acertijos matemáticos y otras pruebas pedagógicas similares. Mientras tanto, sus cerebros estaban siendo escaneados por resonancia magnética. De esta forma, los investigadores podrían observar aquellas regiones cerebrales involucradas en ejecutar la tarea y sus posibles consecuencias (o no) en nuestro organismo. Antes de hacer la foto, un procedimiento de luces alertaba al sujeto de cómo iba a ser la pregunta: con mala leche o facilita. Eso fue clave para comprobar que la expectativa y el planteamiento previo es el que genera los sentimientos desagradables hacia esta maravillosa ciencia básica, y no el problema matemático a resolver en sí mismo.

Según afirma Lyon en sus conclusiones: "las investigaciones previas sobre la causalidad entre el procesamiento del dolor y una experiencia psicológica de rechazo social, se han centrado principalmente en la experiencia real de ser rechazado". Pero, "los datos van más allá de estos resultados y sugieren que incluso anticipar un acontecimiento desagradable se asocia con la activación de las regiones neuronales implicados en el dolor".

Aunque algunos creen que puede haber cierta relación con la evolución del ser humano, Lyon lo pone en duda: "es "poco probable que un mecanismo puramente evolutivo conlleve una respuesta de dolor neural provocada por la posibilidad de tener que ir a clase a hacer un examen de matemáticas (las matemáticas son una invención cultural reciente)". Lo que significa que las vías del dolor en el cerebro pueden ser activadas por cosas que no tienen relación con las experiencias dolorosas. Una investigación sin duda interesante, pues podría ayudar al estudio de otros fenómenos psicológicos como fobias o la fibromialgia.

Me enteré leyendo: The Huffington Post

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