sábado, 25 de febrero de 2012

Capitán Scott: el becario amateur de la Antártida

Fotografía tomada por el Capitán Scott. Fuente: NYT.

AURORA FERRER.-¿Quién se acuerda del Capitán Scott, Evans, Wilson, Bowers y Oates?”, decía la canción de Mecano. Robert Falcon Scott es el clásico hombre para el que sobran las presentaciones. Considerado el mayor héroe de la RoyalNavy desde el Capitán Nelson y pionero entre la lista de héroes británicos del siglo XX, el capitán Scott dejó a Inglaterra mucho más que su valentía en la Antártida contra las implacables fuerzas de la naturaleza: un registro fotográfico realizado por él mismo de su última expedición

Según cuenta el NewYork Times, David M. Wilson, director del Museo Británico desde 1977 hasta 1992, y miembro de la Real Academia Sueca de Ciencias, un misterioso hombre se le acercó con una pregunta tentadora que ningún curioso o ávido arqueólogo podría ignorar: “¿A qué no sabes que tengo en mi colección?”.

El misterioso hombre resultó ser un tal Richard Kossow, quién en el año 2001 adquirió una colección de fotografías de la Antártida del s. XX. Cuando las observó detenidamente, se percató de que aquello no eran tan solo fotos de la Antártida, sino que pertenecía a la segunda expedición que realizó el Capitán Scott tras descubrir el Mar de Ross: su última aventura (1912), en la que perecieron él y sus cuatro compañeros. ¿Lo mejor de todo? Que las fotos, además, estaban realizadas por el propio Scott. Según asegura el propio Wilson, cuando se dio cuenta “casi me atraganté con el gin-tonic”.

Scott de la Antártida

Antes de partir a la Antártida, Scott contrató a un popular fotógrafo de viajes, Herbert Pointing, quien cuenta con numerosas fotos reconocidas como las más célebres en la historia de la exploración polar. A pesar de los galones de la valentía de Pointing, cuando este vio el percal al que Scott iba a someter a sus hombres con trineos, caballos y perros atravesando el duro paisaje de hielo, decidió echar atrás su colaboración en la aventura y rajarse, no sin antes dar a Scott y sus hombres un curso intensivo de fotografía básico para sentirse menos culpable. Así, el valiente Capitán inglés y su equipo de exploradores, aprendieron en pocos días el manejo de las voluminosas cámaras, las lentes, los filtros y cuál era la exposición adecuada para las condiciones extremas a las que iban a enfrentarse.

A pesar de tener que aprender a marchas forzadas, Scott resultó ser el mejor alumno de Pointing con diferencia. Según Sophie Gordon, conservadora de la Colección Real del Castillo de Windsor: “Scott tenía un gran ojo artístico. Es difícil distinguir sus mejores fotografías de las de su maestro Pontings”. 

Hasta ahora, la mayoría de fotos del Capitán Scott estaban tomadas alrededor de los cuarteles de invierno de la expedición a la isla Ross, pero esta nueva colección de imágenes aparecidas llenas de polvo en un archivo de una empresa privada, aportan un poco más de luz a la aventura vivida por los cinco ingleses en el Polo. De todas ellas, solo una docena o dos ha sido publicada y otras muchas de ellas atribuidas erróneamente a otros fotógrafos.

Pulsa aquí si quieres ver el resto de "Fotografías perdidas del Capitán Scott" en la galería del New York Times.

0 Lengüetazos: