miércoles, 29 de septiembre de 2010

29-S: el día en que comenzó el principio del fin de los sindicatos verticales del régimen

ALMUDENA NEGRO

Fuente foto: La Razón


España ha dado la espalda a unos sindicatos verticales, herederos en bienes, ideas y actitudes de los sindicatos franquistas. Sindicatos acostumbrados a vivir a golpe de subvención y mamandurria  sin defender a un solo trabajador.  Susurran en CEOE que el seguimiento real de la huelga, pese a la violencia empleada por unos decimonónicos y delincuescentes piquetes – la factura de los destrozos debería ser enviada a UGT y CC.OO. y sus actuaciones a los juzgados de lo penal-, ha sido de un 5%. Ni siquiera la movilización a última hora de todo el frente anti-PP, titiriteros de la ceja reloaded, ha servido para nada. Los ciudadanos no son tontos.

Por su parte, el gobierno de Rodríguez Zapatero maneja datos de un seguimiento del 12%. Una decepción para un gobierno tan complaciente con su vicepresidente económico, Méndez el del Villamagna, que ha llegado hasta el extremo de cerrar el espacio aéreo español a todas las compañías nacionales e internacionales y reducir el transporte ferroviario al 20% -he ahí la mínima caída en consumo eléctrico, entre otras cosas-.  Con el fin de ayudar al amigo, camarada y compañero en el socialismo. En Andalucía cargos públicos han participado en los actos violentos. Será porque no les quedan voluntarios. Lo de Cataluña, antaño vanguardia hoy rincón tercermundista, merece mención aparte. Esperanza Aguirre se perfila como la gran ganadora política del 29-S. La extrema izquierda, la silicona, las amenazas y las coacciones no han podido con Madrid.

El gobierno, pues, tampoco ha ganado. Su complicidad con la banda del Chiquilicuatre es tan evidente que el fracaso del bienpagao Méndez y el alegre viajero Toxo es también el suyo. La imagen desolada y cabizbaja de Corbacho, el en breve cesante ministro del paro, lo decía todo.

UGT y CC.OO., con su frívola y demagógica huelga no se sabe contra quién o se sabe demasiado bien, han sufrido una enorme derrota cuyas consecuencias se harán patentes a medio y largo plazo. Si lo sucedido el ya histórico 29-S fuera, como debería, el principio del fin de la casta parasitaria, hoy quien habría ganado es la ciudadanía española. Y sería una victoria muy importante.



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