URBANO LÓPEZ
Ciudadanos de España: despediros de la poca calderilla que os quede en los bolsillos...
José Blanco vuelve a la carga con una posible subida de impuestos: "No estoy planteando una subida de impuestos, simplemente digo, como reflexión, que España, en relación con los servicios públicos que tiene, y en relación a las infraestructuras que tiene, y que debería seguir desarrollando, cuenta con una base impositiva muy baja en relación con la media de los países europeos". Con estas palabras es como José Blanco dejó caer, a modo de globo sonda, la posibilidad de una subida de impuestos, para posteriormente remitirse al trámite parlamentario presupuestario como momento en el que tal posibilidad podría llevarse a cabo: "Si hay que pedir nuevos esfuerzos a los españoles lo haré, lo haré en los PGE (...). La idea del Gobierno es que esos esfuerzo van a ser para aquellos con alta capacidad económica".
Dichas declaraciones son una muestra de que el Gobierno estudia una subida de impuestos, pero sin tener todavía la forma determinada. Lo cierto, es que el hecho de hablar de "aquellos con alta capacidad económica" no puede tranquilizar a nadie, en primer lugar, porque es difícil establecer qué es una "alta capacidad" económica y, en segundo, porque se puede traducir de diversas maneras. En este sentido, se barajan varias posibilidades tales como la subida de los tipos del IRPF, una mayor tributación de las rentas del capital o incluso la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio.
Lógicamente, habrá que ver exactamente en qué se traduce la propuesta, para analizar los efectos de esa posible subida de impuestos, pero no parece lo más adecuado subir impuestos que afecten a la renta disponible de las personas cuando las familias españolas están sobreendeudadas y cuando en nuestra sociedad el trabajo escasea. Igualmente preocupante sería que se gravara el ahorro, pues sería absolutamente perjudicial para nuestro delicado sistema financiero y cuando precisamente lo que necesitan muchos ciudadanos son esos ahorros para pagar sus deudas.
Dichas declaraciones son una muestra de que el Gobierno estudia una subida de impuestos, pero sin tener todavía la forma determinada. Lo cierto, es que el hecho de hablar de "aquellos con alta capacidad económica" no puede tranquilizar a nadie, en primer lugar, porque es difícil establecer qué es una "alta capacidad" económica y, en segundo, porque se puede traducir de diversas maneras. En este sentido, se barajan varias posibilidades tales como la subida de los tipos del IRPF, una mayor tributación de las rentas del capital o incluso la recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio.
Lógicamente, habrá que ver exactamente en qué se traduce la propuesta, para analizar los efectos de esa posible subida de impuestos, pero no parece lo más adecuado subir impuestos que afecten a la renta disponible de las personas cuando las familias españolas están sobreendeudadas y cuando en nuestra sociedad el trabajo escasea. Igualmente preocupante sería que se gravara el ahorro, pues sería absolutamente perjudicial para nuestro delicado sistema financiero y cuando precisamente lo que necesitan muchos ciudadanos son esos ahorros para pagar sus deudas.
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