lunes, 6 de octubre de 2008

"Ilusión" Aurora G. Pérez

Foto: acto aniversario UPyD por Antonio Ballesteros

“El ciudadano es el sujeto de la libertad política y
de la responsabilidad que implica su ejercicio.”
Fernando Savater
Casi apenas pude dormir, tuve que realizar un verdadero esfuerzo para controlar el orden de mis pensamientos. Después de cenar y dar un paseo por las abarrotadas calles del centro, llegamos a casa, pasaban unos minutos de la una de la mañana del día 4 de octubre de 2008, era tarde y tenía la intención de levantarme temprano para ordenar los múltiples faxes recibidos a lo largo de la jornada anterior antes de ir al encuentro.
Retomé la lectura del estupendo libro de Eduardo Mendoza “El asombroso viaje de Pomponio Flato” zambulléndome en su riqueza expresiva y transportándome en el tiempo a época de la Roma antigua en la que se desarrolla la historia. No llevaba más de tres páginas, cuando mi mente se trasladó a un momento y lugar, que no formaba parte de tan divertida lectura. Sábado 29 de septiembre de 2007 en el Auditorio de la Casa de Campo, rebosante de personas llegadas de diferentes puntos de España, expectantes e ilusionados por un proyecto que estaba comenzando, depositando toda la confianza y esperanza en una líder política y grupo de intelectuales, que lejos de ambiciones materiales, ponían toda su capacidad, voluntad, y en la mayoría de los casos todo su tiempo y esfuerzo a disposición de todos, dando inicio a un proyecto político con el objetivo de la defensa de los nuestro, regenerar nuestra maltrecha Democracia y luchar contra el terrorismo. Lucha desde la razón, defensa del prójimo, de los derechos de todos, de la libertad de un pueblo amenazado y aterrorizado por asesinos descerebrados, que lejos de utilizar la inteligencia en desarrollo y crecimiento de todos, lo utilizan para crear terror, manipular desde la infancia la mente de los que considera compatriotas al objeto de imponer mediante la violencia un régimen totalitario, tiranos y asesinos de principio a fin.
La emoción me embriaga al pensar en cada uno de los muchos momentos compartidos con personas que de forma altruista se han puesto a disposición de este proyecto; personas que han aportado su granito de arena para lograr que entre todos lleguemos a este punto; mujeres, hombres, chicos, chicas, mayores, jóvenes, solteros, casados, separados, padres de familia, familias enteras, madres que han dejado a sus bebes e hijos pequeños al cuidado de terceros, regalándonos su tiempo y esfuerzo. Miles de personas de todas las ideologías, creencias y tendencias, venidas unas y otras de cualquier rincón de España. Miles de horas invertidas para lograr que nuestro mensaje llegue a cada ciudadano de forma impecable, sin contaminación, con la máxima transparencia, con el deseo de conseguir no sólo su voto, sino algo mucho más importante, lograr que conozcan que lo que defendemos es todo aquello que compartimos con ellos y que este también es su proyecto.
Los recuerdos se agolpaban en mi mente sin apenas tiempo para ordenar cronológicamente cada uno de ellos. De repente, esbozo una pequeña sonrisa al recordar el día que Mikel Buesa y yo dimos un mitin en la puerta del mercado de Las Ventas, creo que fue entonces cuando perdí toda la timidez que siempre me ha caracterizado. Llegamos a las once de la mañana aproximadamente, el superautobús aparcó en la entrada principal, y mientras Antonio preparaba todo el equipo de sonido, Virginia y yo fuimos a Gerencia a solicitar autorización para repartir publicidad dentro del mercado y anunciar que a la una del medio día, daríamos un mitin en la puerta. Mikel, Irene y otros compañeros se quedaron en la puerta anunciando el acto. Cuando llegó la hora, Mikel y yo nos colocamos frente a la puerta de entrada y mirando hacia el mercado. En la puerta había entre diez y quince personas con sus bolsas de compra y caras de sorpresa. Intenté demorar un poco más el inicio del acto, consciente de ser yo quien tenía que romper el hielo y comenzar como si de un feriante de tratara. En mi mente apareció la imagen del cuadro gitano, si ese, en el que aparece una familia gitana tocando diversos instrumentos y una cabra subida en un cajón haciendo las piruetas que su dueño le ha enseñado. Pasados unos minutos de la una, con micrófono en mano comencé a explicar quienes éramos y porqué estábamos en política, en ese momento vi como Irene retrocedía unos pasos y pensé que sintió vergüenza ajena ( posteriormente me confirmó que fue así, que le echamos un par....). El temor a que nadie nos escuchara rápidamente se disipó, creo que la espontaneidad, el nerviosismo y la transparencia con la que hablé, fue suficiente para que Mikel continuara culminándo el discurso y haciendo posible lo que al principio parecía inalcanzable. Cuando terminamos el calor de las personas que allí se congregaron compensaron con creces los apuros pasados.
También aparece el primer acto en el que participé en campaña. Fue en la Casa de la Cultura de Tres Cantos, junto a Mikel, Cristina y Ramón. El lugar era muy acogedor, y hasta allí llegaron algunos buenos amigos para apoyar aquel inicio en política, faceta totalmente nueva para mí. A pesar de estar muy acostumbrada a hablar en público, estaba bastante nerviosa, me sentía como cuando realicé mi primer examen oral, además de un poco invasora de la intimidad de personas que no conocía de nada y a las que tenía que convencer de que aquello era una forma diferente de hacer política, y transmitir con claridad cual era nuestro proyecto, diferente en forma y contenido a los partidos al uso. No fue necesario insistir mucho, era evidente.
Cuando finalizó, algunas personas me dijeron que había conseguido emocionarles con mi palabra, y ahora que lo recuerdo no me extraña; todo el discurso era emotivo, sobre todo una parte en la que hablaba de cómo miles de personas de diferentes ideologías, creencias y lugar de residencia, habíamos aunado esfuerzos para defender todo aquello que nos unía, respetando al máximo lo que nos diferenciaba y comparándolo con el “levantamiento del 2 de mayo” dije: “levantamiento espontáneo del pueblo unido, todos frente a un enemigo común, al igual que ahora, todos contra al terrorismo, todos contra la destrucción de nuestra democracia. Por ello, no sólo os pido vuestro apoyo, sino también vuestra participación de forma activa, invitándoos a uniros a UPyD con el objeto de cambiar esta situación.” Era el inicio de apertura de una ventana de aire fresco a tan corrompido ambiente político.
También asaltan mi mente muchos momentos vividos en el autobús que recorría diariamente las calles de Madrid y alrededores. Autobús que en bastantes ocasiones y sobretodo los últimos días de campaña, servía de medio de transporte, improvisado escenario para dar mítines, hacer afiliados, compartir historias personales, centro de entrevistas, almacén y lugar improvisado de descanso. En algunos momentos era como el camarote de los hermanos Marx, sobretodo cuando Aurora, intrépida reportera dicharachera, espontánea y graciosa revolucionaria, megáfono en mano hacía las delicias de cientos de transeúntes, los muchos que lejos de enfadarse, respondían con una amplia sonrisa. Era una campaña realizada al estilo de comienzo de la democracia, donde las imágenes se mostraban en blanco y negro, sin planificación alguna, sin medios, pero con voluntad de hierro capaz de lograr lo que en un principio parecía imposible.
Como esta, hay cientos de historias paralelas y dispares ocurridas en cada rincón donde UPyD ha realizado campaña electoral en el 2008. Cada participante seguro que tiene anécdotas múltiples que contar, experiencias todas inolvidables y enriquecedoras, a pesar del frío, desaires, agresiones verbales de algunos llamados “progres”, por ser del PSOE, como si fuese garantía de algo. Todos ilusionados con aportar su esfuerzo, tiempo y conocimiento en sus facetas profesionales, extrapolándolas y aplicándolas en el hacer; sin experiencia política alguna, con intención totalmente altruista, pero obteniendo la máxima compensación: defender la libertad, la igualdad, compartir este gran proyecto que es UPyD.
Han sido muchas las actividades, reuniones, jornadas de trabajo, horas de sueño e ilusiones depositadas, y esto solo acaba de comenzar. Tenemos que seguir aportando como el primer día, porque ahora, después de 372 días, lo tenemos claro: éste es el único camino posible para defender lo nuestro, lo de todos. Hoy, cuando leía la encuesta que publicaba la Razón y todo el que me rodeaba hablaba impresionado de que la intención de voto al PSOE ha disminuido en un millón de personas, yo, al contrario que el resto, me quedé un poco perpleja. ¿Cómo es posible que un gobierno tan mediocre como éste, el mismo que está gestionando nuestro país de forma tan negativa como lo está haciendo, sólo haya perdido un millón en la intención de voto?. ¿Qué es lo que tiene que pasar para que los ciudadanos nos demos cuenta que las cosas no cambiaran hasta que todos nos involucremos en la política, eligiendo con responsabilidad a aquellos que sean capaces de realizar la gestión correcta en nombre de todos?. Cuando estamos enfermos o necesitamos a un abogado elegimos al mejor, ¿porqué en política no lo hacemos?. Los parlamentarios dicen que son los representantes del pueblo, aunque el pueblo no ha podido elegir a ninguno de ellos por estar estos elegidos por los partidos políticos e impuestos a los ciudadanos en listas cerradas, sin posibilidad de elección, ni decisión, y luego algunos de ellos se jactan en decir que al Rey no lo ha elegido el pueblo......
Mis pensamientos y recuerdos corroboran que este proyecto sería irrealizable sin la participación de cada una de las personas que formamos parte de él. Es de todos conocido, la unión hace la fuerza. Es importante que todos invirtamos tiempo y esfuerzo en dar la máxima información al ciudadano, con veracidad, con rigor, aunque este no quiera saber.
No sé en que momento me quedé dormida. A la mañana siguiente, hice lo que había planeado y al finalizar salimos de casa. A pesar de estar bastante cerca del lugar de encuentro, cogimos el metro. Al entrar en el vagón, nos fijamos en una pareja, él llevaba un “pin” tamaño posavasos con el anagrama de UPyD, y sin pensarlo le dije “así me gusta, por la visibilidad de UPyD”, devolviéndome ambos una amplia sonrisa al comprobar que nosotros portábamos también insignias de UPyD, aunque estas eran tamaño de moneda de 20 céntimos. Compartimos conversación animada hasta la salida del metro, lugar en el que ellos habían quedado con el resto de compañeros llegados desde Asturias, nos despedimos y dirigimos nuestros pasos al lugar esperado. Por fin llegamos, me pareció excesivamente grande y abierto el lugar escogido. El día estaba fresco y pensé que podía pasar frío. Mis dudas se disiparon por completo cuando entré y sentí el calor de tantas personas que de forma tan acogedora nos recibía, era reciproco, había mucha complicidad, ilusión y emociones que se escapaban de cada uno de los que allí nos congregamos, calentando el ambiente hasta tal punto en hubo momentos en los que tuvimos la necesidad de quitarnos las chaquetas. El día se completó con animadas charlas, anécdotas y experiencias, compartidas con una comida ligera, cervezas varias y muchas risas, pero lo mejor de todo fue la ilusión con la que todos hablaban de su participación, como niños ilusionados en la construcción de un mundo mejor.
Aurora García Pérez

6 Lengüetazos:

starling dijo...

Hoy inauguro yo, y te diré que es la primera vez que me he pensado qué poner en un comentario.

Me acabas de hacer recordar uno de los dos momentos que recuerdo con más cariño de toda la campaña. Un día del que recuerdo, aunque te pueda parecer raro, cada minuto (incluido el terrible dolor de pies con el que llegué a casa, después de mi siempre habitual paseo, tras todo un día "haciendo calle")

No recuerdo en cambio el "hecho físico" del paso atrás, sí lo que sentí cuando empezaron el mitin y qeu luego te reconocí. Recuerdo sentirme fuera de lugar, no supe dónde estaba y por un momento ni por qué estaba allí. Supongo que este vacilar me hizo dar un inconsciente paso atrás. Desde que en noviembre, y de tu mano, me incorporé a UPyD todo había ocurrido muy rápido, demasiado rápido para como me gusta que ocurran las cosas, o al menos, como me gusta que ocurran las cosas que para mí son importantes, y esta lo era.

Para mí la política no era ajena, y el unirme a un proyecto tampoco lo era si bien nunca lo hice tan comprometidamente. La razón por la que me uní, vía e-mail primero, a plataforma-pro en su momento, y a UPyD después, hasta aquella tarde de noviembre, fue, entre otras muchas, la decepción por lo que había y la necesidad de aportar lo poco que podía para lograr un cambio que creía necesario.

Me decidí a dar el paso porque consideraba que un proyecto que avalaban Rosa Díez y Mikel Buesa, dos personas que consideraba extraordinariamente valiosas y sobre todo íntegras merecía que yo renunciara a parte de mi escaso tiempo libre y ayudara a hacerlo realidad.

Pero una vez dentro descubrí a otra persona que me transmitió fuerza y entusiasmo, pero sobre todo ilusión. Eso, aún hoy, me ayuda.

Por todo esto y por muchas otras cosas, que no digo ni pongo por escrito, pero que creo sabes descifrar, sólo te puedo decir GRACIAS

Jose Luis Cuena dijo...

Oye pero qué bonito, tanto el artículo como el comentario de Irene...

Por mi parte, a día de hoy, puedo decir que el incorporarme a este proyecto, ha merecido la pena, y que no me arrepiento para nada, todo lo contrario, creo que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Como bien decis, la ilusión de todos, las ganas de hacer, de ayudar, de conseguir que la gente conociese la verdad y que conociese el proyecto de UPyD...

Y ya no sólo eso, qué me decis de toda la gente que hemos conocido, increible. Gente de todos los ámbitos profesionales, que, al menos a mí, me aporta muchísimo... Me encanta escuchar a Irene sobre su trabajo, tesis, clases, etc... Aurora (hija) tan entusiasmada con el periodismo y la escritura, la cual no debe abandonar (¡vaya calidad!), Aurora (madre) embobao me quedo cuando me cuentas cosas de Abogada, David Andina, su medicina y sus proyectos solidarios, etc...

Ya, más o menos, me voy aprendiendo los nombres de toda esta "familia", que cada día va aumentando, y como dice Aurora, vamos conociendo gente de otros sitios, el otro día sin ir mál lejos a Alvaro de Marichalar (Soria), al cual no conocía personalmente, Alberto Durán (Zaragoza), Iria Terre (Galicia), gente del País Vasco, de Basta Ya, etc..

Cómo me alegro de pertenecer a esto y de haberos conocido a todos.

Un abrazo fuerte.

Jose Luis Cuena dijo...

Oye pero qué bonito, tanto el artículo como el comentario de Irene...

Por mi parte, a día de hoy, puedo decir que el incorporarme a este proyecto, ha merecido la pena, y que no me arrepiento para nada, todo lo contrario, creo que es de las mejores decisiones que he tomado en mi vida.

Como bien decis, la ilusión de todos, las ganas de hacer, de ayudar, de conseguir que la gente conociese la verdad y que conociese el proyecto de UPyD...

Y ya no sólo eso, qué me decis de toda la gente que hemos conocido, increible. Gente de todos los ámbitos profesionales, que, al menos a mí, me aporta muchísimo... Me encanta escuchar a Irene sobre su trabajo, tesis, clases, etc... Aurora (hija) tan entusiasmada con el periodismo y la escritura, la cual no debe abandonar (¡vaya calidad!), Aurora (madre) embobao me quedo cuando me cuentas cosas de Abogada, David Andina, su medicina y sus proyectos solidarios, etc...

Ya, más o menos, me voy aprendiendo los nombres de toda esta "familia", que cada día va aumentando, y como dice Aurora, vamos conociendo gente de otros sitios, el otro día sin ir mál lejos a Alvaro de Marichalar (Soria), al cual no conocía personalmente, Alberto Durán (Zaragoza), Iria Terre (Galicia), gente del País Vasco, de Basta Ya, etc..

Cómo me alegro de pertenecer a esto y de haberos conocido a todos.

Un abrazo fuerte.

Butzer dijo...

Un besote, guapa. Un post realmente bonito. Me alegra saber que os va bien a todos.

Trecet dijo...

Pues ciertamente yo también sentí cosas parecidas ese día. Y me alegré enormemente de compartirlas con los compañeros de Madrid.

Un gran abrazo

Jorge Hernández
(Salamanca()

Aurora Ferrer dijo...

La verdad que son muchos recuerdos los que me unen a UPyD. Recuerdo desde la espera paciente a que el partido se presentase el 29 de septiembre del año pasado hasta la experiencia más reciente que ha sido el aniversario.
Cuando uno comienza en un partido político lo hace con un poco de miedo. Sobre todo porque en la mayoría de los casos es la primera vez para muchos. En el caso de UPyD, al ser un partido transversal, vas pensando que gente te vas a encontrar. Hoy esa gente es parte de mi vida y de las experiencias vividas con ellos que no son pocas y... gratificantes. Pero no hay que olvidar una cosa, que la única forma de llevarlo adelante no es solo plantando pensando en hacer bien al ciudadano, sino en cuidar a sus integrantes como el primer día, pues es así como se cae en la forma de proceder de los partidos grandes, dejar de mirar a quien tenemos alrededor.

Un abrazo muy fuerte a todos y... ¡gracias por poner mi foto1 :)